Estamos ya con en el mes de Febrero casi mediado. Hemos terminado hace poco la campaña de recoleccion de aceituna y bien que lo celebramos. Ahora toca seguir trabajando con vistas a la cosecha del año siguiente y comenzar una nueva temporada de cultivo del olivar.
Al olivo, después de la recolección en Diciembre y Enero. le viene bien un pequeño descanso. El vareo mecanizado – y también el tradicional a vara- hacen que en la copa y el tronco del pié se pierdan hojas y algunas ramas. Por suerte nuestro árbol de referencia, que forma parte del Bosque Mediterráneo, es fuerte y duro. Aunque está en estado latente (la savia no tiene mucha actividad en invierno) ha perdido todos sus frutos (aceitunas) que consumen recursos del arbol. Lentamente la savia hace su función y repara los posibles daños durante el vareo.
Aunque haya «sufrido», al árbol le ha venido bien perder su fruto de forma forzada, y no de la forma natural por la caída de la copa del árbol. Con los meses de invierno entra en estado vegetativo para pasar los rigores del invierno y en primavera inicia un nuevo ciclo vegetativo.
También a la recuperación ayuda el frío. Si además se producen nevadas, algo probable en sitios de altitud como nuestra Sierra de Las Villas. El frío y la nieve hacen que descienda el riesgo de plagas futuras. Los hongos e insectos que pueden parasitar el olivo se inactivan, y aunque la mayoría entran en estado latente en sus pupas, algunas no llegan a germinar por las condiciones adversas en invierno. Ya lo dicen los viejos del lugar, «la nieve es buena para los olivos, mata bichos y riega el campo».
La poda del olivo debe hacerse cuando la actividad vegetativa del olivo sea la mínima posible, es decir, cuando menos movimiento de savia se produzca. Esto ocurre en invierno. Lo mejor es hacerla después de la recolección, sobre el mes de Febrero. Así evitamos las fuertes heladas de Diciembre y Enero. En nuestra zona donde las heladas son frecuentes, y es aconsejable retrasar la poda hasta momentos donde la probabilidad de heladas sea más baja. El mayor follaje del árbol no podado actúa como pantalla recogiendo la radiación nocturna y evitamos que la lámina de agua que pueda quedar en los cortes de poda se hiele y cristalicen, ocasionando mayor daño al olivo.
Es una práctica imprescindible, es el único modo que tenemos de dar forma estructural a la planta y es importante desde el punto de vista fisiológico. Se trata de obtener un equilibrio entre la mejora de la producción y el mantenimiento vital del árbol. Con la poda del olivo eliminamos parte del follaje de los árboles, modificando así su háito de vegetación natural y forzamos al árbol a adquirir unas formas y un volúmen según el interés del podador.
La poda es una de las técnicas de cultivo más importantes, ya que puede incidir en:
-El periodo improductivo
-La capacidad de producción
-Paliar y controlar algunas plagas y enfermedades (Euzophera, repilo..)
-Facilitar la futura recolección. (altura del arbol)
Es importante, por lo tanto adecuar el sistema de poda a las condiciones particulares de cada explotación.
Los beneficios de la poda en el olivo son:
-Favorecer la iluminación y aireación en la copa del árbol, realizando una adecuada fotosíntesis y evitando el ataque de enfermedades como el repilo. La aireación disminuimos la humedad que pueda haber en la superficie de las hojas.
-Eliminación de las ramas viejas del olivo que puedan albergar parásitos, así como de las ramas secas, rotas ó dañadas.
-Conservar el equilibrio fisiológico entre la actividad vegetativa y la productiva para así conseguir una fructificación más regular en el tiempo y paliar así en cierto modo la vecería.
Nuestros agricultores realizan la poda del olivo de forma bienal, ya que los costes de esta práctica son elevados. Forman los árboles a lo largo de los años, seleccionan las ramas principales y eliminan las partes que quedan envejecidas.
Como subproducto de la poda, se obtiene leña y ramas de pequeño calibre. La leña de olivo es uno de los mejores combustibles. Es la leña de mayor poder calorífico. Su madera arde muy bien, y dura bastante tiempo en la hoguera. En la mayoría de nuestros casos es aprovechada por el propio agricultor como combustible para chimeneas y calderas, o bien se vende y es aprovechada como una fuente de ingresos para el agricultor.
Tradicionalmente, las ramas más finas y las hojas se amontonaban en diversos lugares del huerto y se prendian fuego para eliminarlas. Esto es una práctica muy peligrosa, ya que puede ser origen de pequeños incendios en algunos olivos. Antes hemos dicho que la leña de olivo arde muy bien, y una pequeña hoguera puede originar llamas de varios metros de altura fácilmente. El viento puede desplazar la llama a un olivo, prender y quemarlo. En zonas adyacentes a espacios protegidos como nuestra Sierra de Las Villas, donde se integra de forma sostenible y conviven el olivar y la naturaleza, es una practica muy peligrosa e incluso prohibida.
Afortunadamente, la mecanización ha dado con una solución fácil y provechosa. Aprovechando estos restos vegetales, podemos trabajar de respetuosa con el medio ambiente y aportar nutrientes y abono al suelo, sin tener que añadirlos de forma artificial.
Actualmente se ha extendido la práctica de picar las ramas en una picadora industrial que se incorpora a los tractores. Las ramas se van introduciendo en estas picadoras, y el material vegetal pulverizado va cayendo sólo- Con el movimiento del tractor se va distribuyendo a lo largo de las parcelas de forma homogénea, cubriendo todo el suelo.
De esta manera se aporta un abono natural por medio de las cubiertas vegetales, que enriquecen el suelo con macronutrientes y oligoelementos. Además hace de pantalla protectora y aisla al terreno del Sol (que lo seca) y del frío. Con las lluvias en esta cubierta vegetal se forma un microclima con una humedad y temperatura propias que beneficia al olivar durante todo el año.
Como decimos en el título, la poda y el aprovechamiento de los subproductos de forma sostenible es una inversión. La aceituna del año próximo habrá aprovechado los nutrientes de esta cubierta vegetal. Los AOVEs que obtendremos habrán sido obtenidos con una técnica respetuosa con nuestro entorno y además económica. Combinamos el saber popular con las modernas técnicas de cultivo como la poda del olivo y el aprovechamiento de las cubiertas vegetales como abono natural.