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Repasando el final de la lección anterior,  recogíamos el siguiente dato: el total del consumo de Aceite de Oliva mundial es poco más del 3% del consumo total de grasas vegetales.

Siendo como es el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) la grasa vegetal de mayor valor nutricional y teniendo los mejores componentes y vitaminas indispensables para la salud, choca que sea tan poco utilizado a nivel mundial. De hecho, se podría considerar que el AOVE, tan importante en nuestra economía, es un producto de consumo minoritario. Esto es debido a costumbres culturales y gastronómicas totalmente distintas, y a la localización de la mayoría de sus consumidores habituales a un área concreta como es la cuenca mediterránea.

Hay algo que es muy interesante y que queremos que aprendáis en esta segunda lección. La exportación de Aceite de Oliva en general y del AOVE en particular ha aumentado en los últimos años, pero los 10 primeros países importadores de Aceite de Oliva siguen siendo los mismos que hace 10 o 15 años. El único cambio significativo estos años, por su mayor poder adquisitivo y cambio de modelo económico, es la subida de China al podio de países importadores.

Cuando decíamos que el objetivo de este blog es divulgar la Cultura del AOVE, lo decíamos completamente en serio. De los 7.000 millones de personas que poblamos este planeta, tan sólo 210 millones de personas (el 3%), somos consumidores de Aceite de Oliva. Eso significa que el margen de mejora es enorme y que la cuota de mercado mundial conseguida durante estos años es ridícula comparada con la importancia del Olivar en un sector primordial como es la Agricultura. Hace falta invertir en divulgación, información y promoción. Es muy importarte poner en valor e informar de las saludables características del AOVE.

Una anécdota que pone foco a lo que queremos decir. En un país latinoamericano como México, que tiene tantos lazos culturales comunes con España, no se concibe aliñar una ensalada con un chorro de AOVE.  Para la visión del consumidor medio mexicano  el AOVE es una grasa, y añadir AOVE a un plato saludable como es la ensalada es incompatible con los beneficios de consumir vegetales. Su concepto es el mismo que si se añadiera mantequilla o margarina a la ensalada. Sin embargo, el mexicano medio fríe con grasas industriales como la mantequilla e incluso consume grasas hidrogenadas como es el caso de la margarina de forma habitual.

Hay que informar al consumidor mundial medio que el AOVE es muy rico en acidos grasos monoinsaturados como el ácido oleico, palmítico y linoleico que ayudan a controlar el colesterol y los triglicéridos, y que el consumo habitual de AOVE reduce el riesgo de paceder enfermedades cardiovasculares. Consumir AOVE aumenta los niveles de colesterol HDL (colesterol «bueno») y disminuye el colesterol LDL, responsable de la formación de placas ateromatosas en los capilares sanguíneos, que a largo plazo bloquean los mismos y producen trombosis, embolias, ictus e infartos.

Hay que informar al consumidor mundial medio que los AOVEs son ricos en un antioxidante natural como es la Vitamina E, que protege de la acción oxidativa de los radicales libres y del envejecimiento celular. Y que los AOVEs a nivel digestivo favorecen la secreción de enzimas biliares y favorece la eliminación hepatobiliar del colesterol, disminuyendo sus niveles en sangre.

Hay que informar al consumidor mundial medio que el AOVE, por sus características organolépticas y saludables es la grasa vegetal idónea para la elaboración de platos, y es un ingrediente básico de la Dieta Mediterránea, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por ser la dieta saludable de referencia según la OMS.

¿Eres un consumidor habitual de AOVE?  ¿Qué tal si nos ayudas divulgando la Cultura del AOVE en tu red social? ¡Quizás este artículo llegue a un mexicano!